Carbon Tracker: ¿puede el sector financiero ayudar al planeta?
Cuando pensamos en medidas que favorezcan al planeta y nos ayuden a reducir la el calentamiento global, las primeras que nos vienen a la cabeza son las más evidentes: reducción del uso de combustibles fósiles, transición hacia una energía más verde o reducción de los residuos. Sin embargo, muchos son los factores que influyen en que nuestro planeta se haya visto sometido a la «tiranía de los hidrocarburos». Carbon Tracker (a quien seguimos desde 2014) se define como un «think tank» que propone un replanteamiento del sistema financiero, analizando el alto impacto de la transición energética en los mercados de capital y sobre el papel de las inversiones dirigidas a Oil&Gas.
Carbon Tracker son «expertos en mercados financieros, energía y leyes que, mediante la investigación, se proponen aconsejar a las empresas sobre los riesgos y oportunidades para los inversores en un futuro sin hidrocarburos».
La base de su teoría (demostrada en sus múltiples informes) está en que, el cambio de paradigma en los mercados y en la industria, está empezando a favorecer aquellas que disminuyen sus emisiones y que se descarbonizan. Durante decenas de años, los sistemas económicos y financieros han apostado por las industrias de gas, carbón y petróleo. De manera directa o indirecta, la mayoría de las inversiones tienen una parte dentro de la industria de los hidorcarburos fósiles o relacionada con ella. Carbon Tracker, intenta empujar al capital fuera del Valle Negro y hacerle pasar al Valle Verde informando a los gestores del capital sobre los riesgos de quedarse varado (stranded assets).
La necesidad de cambiar de modelo
Los tiempos están cambiando, y cada vez más rápido. Por eso es necesario que la transición energética, que ya están emprendiendo muchas industrias, tenga su reflejo en los mercados de valores. El Acuerdo de París y las diferentes medidas que está impulsando que muchos sectores estén hoy explorando nuevas fuentes de energía. Y de manera rápida. Lo cual quiere decir que hay un riesgo muy real de que las inversiones dirigidas a estos mercados cambien de rumbo.
La existencia de un «presupuesto de carbono», a nivel global, obliga a limitar el número de emisiones acumuladas para evitar el tan temido incremento de 2ºC, que hará peligrar el clima mundial. Si los mercados, el capital, no apoyan la transición energética, es bastante difícil que podamos cumplir el objetivo. El argumento de Carbon Tracker es que los inversores se exponen a pérdidas de valor de sus inversiones, como ya se ha visto en las eléctricas europeas o en la minería de carbón de EEUU. Carbon Tracker avisa de «que las empresas no han tenido suficientemente en cuenta la posibilidad de que la demanda futura se reduzca significativamente con los avances tecnológicos y las restricciones regulatorias. Nuestro papel es ayudar a los mercados a comprender y cuantificar estos riesgos implícitos.»
Uno de sus recientes estudios indica que la industria del oil & gas puede ver peligrar hasta 2.3 billones de dólares en proyectos de aquí al 2025, por ser incompatibles con el compromiso de reducción de las emisiones y el avance de las tecnologías limpias. Algo así como lo que sucedió con Kodak y el avance de la fotografía digital; esto puede provocar que gran parte de la industria quede «descolocada» dentro de un mercado que, definitivamente, parece apostar por la ecología.