la valoración de las reservas probadas de hidrocarburos sería ficticia
El desarrollo de las teorías económicas de los recursos naturales, que siguieron a la primera crisis del petróleo de principios de los 70, traían como novedad la incorporación de las «externalidades» medioambientales (contaminación) al análisis económico riguroso de la extracción de recursos (Coase, Pigou y otros). Sin embargo, en estos modelos (y en los anteriores) subyace una interesante pregunta. Cuando se descubre un yacimiento de petróleo o de gas, su valor pasa a los libros contables de las petroleras como resultado de multiplicar toneladas descubiertas por precio. Pero ¿cuál es el precio que usan?. Generalmente el del mercado, independientemente del coste de extracción. Es decir, el valor del activo en libros es el mismo para un barril de crudo árabe (prácticamente, en superfcie) que el de unas tar-sands de Alaska, a centenares de metros. Esto supone una inflación del valor, que hace que las 100 top compañías de O&G, listadas en los mercados de valores, presenten un valor superior a 6 billones de US$ (trillones americanos)… Visto desde otro ángulo, un fondo de pensiones pone su dinero a rentar en acciones de compañías O&G, porque su valor es siempre creciente. Pero cuando el KWh de una fuente alternativa (ya empieza a ocurrir) sea más barato que el que sacamos de un barril de crudo, todos, en masa, tiraremos de ahí, deprimiéndose la demanda de O&G y desinflando la burbuja.
Todos estos mimbres son los utiliza Jeremy Legget desde Carbon Tracker, una iniciativa sin ánimo de lucro que apuesta por el paso YA a energías renovables. Lagget es un ex-petrolero, geólogo, que trabajó en su día para las siete hermanas y en los 80 fundó Solar Century. Le he mandado un megusta pero le habría mandado mil. No os perdáis este sitio: www.carbontracker.org. Lo único que hace es invitar a la reflexión. Por cierto, la fotografía está cedida por Darren Hester, 2013.