Si estás planeando implantar una estrategia de sostenibilidad, te habrás encontrado con el concepto de materialidad y doble materialidad. En este artículo te explicamos qué es y cómo empezar a aplicarlo en tu empresa y comprenderás por qué es cada vez más importante en los informes de sostenibilidad.
La materialidad en sostenibilidad implica identificar y evaluar los impactos positivos o negativos que la actividad de una organización tiene en el medio ambiente y la sociedad. Esto incluye el análisis de riesgos y oportunidades.
En el contexto de las divulgaciones financieras relacionadas con la sostenibilidad, un aspecto es material si su omisión, tergiversación u ocultación puede razonablemente influir en las decisiones que los usuarios primarios de los informes puedan tomar sobre la organización específica que reporta.
El análisis de materialidad es el proceso sistemático que se sigue para identificar y priorizar los asuntos materiales para una organización.
La materialidad es específica de cada organización de acuerdo a su actividad, localización y otras consideraciones.
El concepto de doble materialidad fue introducido por primera vez por la Comisión Europea en 2019 en su directriz sobre informes no financieros acerca de información relativa a la sostenibilidad y cambio climático.
En esta directiva se urge a las empresas a analizar la materialidad bajo dos perspectivas
MATERIALIDAD FINANCIERA | Impacto del cambio climático en la creación de valor de la empresa y su desempeño financiero. | Audiencia principal: Inversores |
MATERIALIDAD SOCIAL Y AMBIENTAL | Impacto de las actividades de la empresa en la sociedad y el ambiente y en relación con sus partes interesadas. | Audiencia Principal: consumidores, sociedad civil, empleados e inversores. |
Es decir, hay que analizar la materialidad desde el punto de vista de los riesgos y oportunidades que presenta la sostenibilidad y el cambio climático para la empresa, y desde el punto de vista de cómo afectan las actividades de la empresa a la sostenibilidad.
Lo primero que debemos señalar es que un análisis de materialidad correcto implica no sólo a toda la organización, sino también a sus partes interesadas externas.
Aunque hablamos de la doble materialidad como dos perspectivas siempre surgen dudas acerca de su interpretación. Una clara definición de cómo la empresa aplica el concepto de materialidad es clave para la integridad de todo el proceso.
Como hemos detallado antes la materialidad es específica para cada empresa lo que da lugar a varias interpretaciones de la prioridad, audiencia, alcance o metodologías usadas, lo que puede dar lugar a dudas sobre la consistencia de estos análisis.
En todas las guías de análisis de materialidad se menciona la importancia de incluir a todas las partes interesadas, pero diferentes partes interesadas tienen prioridades distintas acerca de la materialidad de las acciones y esto nos puede llevar a un punto de que todo es material para alguien. Para ello debemos delimitar bien la audiencia del reporte o trabajar bien los criterios para la inclusión en el análisis de materialidad.
Un último reto es determinar la validez del análisis. La materialidad es dinámica y como parte clave del análisis de materialidad es determinar bien el periodo de validez y el mecanismo de revisión.
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